Algo extraña me siento al volver
al lugar donde te conocí,
donde en retazos de ti me armé
para intentar sobrevivir
al amor que no correspondía
a los sueños donde refugié
mi corazón que en pedazos latía
a la orilla de algún atardecer,
que me iba vistiendo de lágrimas
y de amores que no pudieron ser,
de besos, de sueños, de palabras
que perecieron antes de nacer.
Un escalofrío me recorre el cuerpo
al pensar en aquella primera vez
cuando al amor le pedí un deseo
y como estrella fugaz pasó y se fue,
pero que aún así dejó sus huellas
como versos escritos en el alma,
peregrinando por sueños y quimeras
anhelando siempre amar y ser amada.
Y hoy volví a escribirte, poesía,
volví a acurrucarme entre tus alas,
a dibujar suspiros en la brisa
y a cubrirme la piel con madrugadas.
Volví a pasear por la ternura
que inspira la voz de una caricia,
a bailar sobre la espalda de la luna
con la llama del amor en mis pupilas.
Ay, poesía,
Volví a sentirte en el rumor del mar
y añoré una mirada que tiene su color,
sentada en sus blancas orillas de sal
pinté el instante en que robó mi corazón.
Y hoy volví a mirar tus ojos, poesía,
a caminar por tus senderos descalza,
y bajo el sol de un cielo que se abría
supe que al fin he regresado a casa.
Cecii Ailín