Fascinante, sin embargo abismal caída en el lacerante vacío.
Te conduce a tu propia consciencia, de diminuto pétalo que se encuentra a merced de los vientos del azar.
Perpetua ascensión a las más altas cumbres, eterno descenso a los infiernos.
Enfrentando a cada giro, brusco, del destino que se desdibuja al instante.
Aprendiendo a manejar el vasto poder, antaño concedido.
Un paso más, concibiendo el camino del propio entendimiento.
Escapando de la sensación de incompletud, de los insistentes intentos de abandono.
Te usaré a mi antojo, orgullosamente egoísta.
Para alcanzar tal ingente gozo, la mayor de las satisfacciones.
Retornaré a mis andaduras.
(miguel puigcorbé)