Te amo.
Más allá de los mares y cantos estelares,
soñando tiempos a solas, mirando tus ojos,
escuchando tus palabras, bebiendo tus sueños,
navegándote... para llegar a tu reposo.
Mientras te miro, las estrellas se reflejan
en el profundo pozo de tus redondas niñas.
El universo de tu alma absorbe los sonidos
para dibujar con ellos una sinfonía,
en respuesta al quieto silencio de mis labios…
sólo contempla en mis galaxias la poesía.
Te amo. No hay más letras existentes en mi cielo,
ni hay paisajes de versos que con ellas compitan.
Cada segundo, cada murmullo del nocturno
bosque nos oculta. Vive nuestra melodía.
Las luciérnagas alumbran el reposo nuestro,
que esconde el ritmo de un secreto y místico canto.
Te has vuelto la figura que emerge del eterno
pozo que despierta los frescos crepuscularios,
oráculos venidos a este mundo, historias
de lunas y soles eternamente enamorados…
Las estrellas que los mortales siempre resumen
en la esencia de dos eternas palabras… ¡Te amo!