Al alba todavía con ojos cerrados
escucho el piar de los heraldos,
el nacimiento de un día primaveral,
bendiciendo nuevamente mi vida
Saboreo el olor de frescura
después de un súbito lluvia de abril,
concediendo vida a la flora sedienta,
para que la natura vuelva a florecer
En la playa acostado con ojos cerrados,
bajo la sombra de palmeras ondulantes,
dormito con el sonido de suaves olas,
acariciando una costa veraniega
Camino sobre alfombras tejidas con colores,
sintiendo el crujido bajo mis pies,
hojas secas por vientos otoñales, liberadas
de prestar a los árboles túnicas verdes
Añelo las tardes acogedoras de invierno
ante el juego de las llamas,
el contacto de labios con los míos
y en un abrazo susurros de placer
David Arthur ©®
Otoño en el bosque por propio pincel