No bastan las palabras
No alcanzan los sonidos
ni los gestos,
ni las muecas,
ni la desesperación, ni los aullidos
Mañana fría en un jardín
galería de jardines, sin flor
desgarrada y desarmada
desnuda, rota, y enlutada
Ruina Sagrada
olvidada e inútil.
Así como la nada
como golpe de espada
golpe al corazón
ebria yo de locura
y soledad,
Tú caíste en mí.
Dentro.
llenando con presencia
mis túneles de vida
poseyendo mis noches
y mis días
Y desde tu caída
penetración al alma
te llevo en mí
y nada puedo hacer
no existen las palabras
sólo el silencio mismo
cómplice e infinito
que conspira
para nada decir.
A.E.C