No entiendo por qué los
humanos se empeñan en
que Dios y el Demonio
habitan espacios celestiales
o infernales que están lejos
de la tierra, cuando esos
espacios si es verdad
que existen, están dentro
de cada uno de nosotros,
pero creer esto obligaría
a hacernos una permanente
reflexión sobre nuestra
conciencia y eso no es
ni cómodo ni realizable.