En mi sueño la luna se eleva y despereza
como una bella moza sobre blandos cojines,
acaricia su cara con sensuales mohines
antes de ir a dormir en la noche traviesa.
Ella va por el cielo y gira con destreza
jocunda y extasiada en remotos jardines,
con sus ojos persigue a bellos serafines
que coloran la noche con sus brotes de fresa.
Cuando a veces delata un cálido secreto
su poesía recae en manos de un poeta
que encuentra de trasnoche su místico fervor.
Que escribe con su pluma al amor y al dolor
en un pedazo ajado papel de servilleta;
que para proteger su musa, guarda discreto.
Claudio Batisti