Casi nunca hay una ausencia real
pero a veces
tan solo a veces
el silencio inunda todos los cuencos
todos los gritos
todos los ladridos
todas las conversaciones
Y las tormentas se alejan
y los días soleados también
y los recuerdos desaparecen
el instinto,
los sentimientos,
la conciencia
arrebatados de un zarpaso tan delicado como invisible.
¿A dónde va todo lo que ya no es?
¿Qué tipo de fuerza ocupa ese lugar que no tarda en dejar de estar vacío?
¿A donde voy a ir cuando ya no sea?
A dónde te fuiste, Chavito, ahora que ya no sos.
Solo queda el egoísta sentimiento de extrañarte y la culpa de tanto que no fue.
La felicidad y tu compañía que mágicamente van desapareciendo de mi memoria.
Solo queda la lenta metamorfosis a la ausencia.