Se acercaron días raros, de entrar en desacuerdo
de espera prolongada, de pérdida en progreso
de terribles palabras de triste desconsuelo.
Se perciben los pasos sigilosos del tiempo
en un largo pasillo bajo los blancos lienzos
donde labios cerrados dialoga con los muertos.
Horas que se repiten, horas que antes ya fueron
y regresan infames apuñalando el pecho
abriendo las heridas por donde escapa el verso.
Se ha quedado vacío el cajón de recuerdos
repasando mensajes, escuchando te quiero
he buscado tu mano, mas no alcanzan mis dedos.
Asomado el olvido al ventanal inmenso
donde contemplo el mar con azules intensos
y el sol rinde su viaje en oleajes de fuego.
No hay nada que esperar, yo sé bien lo que siento
mi corazón aun vibra al roce más ligero
y las ansias auspician añoranzas, desvelo.
Yo no voy a olvidar nuestros bellos momentos
nuestras citas guardadas en discretos correos
dulce amor de mi vida, compañero de sueños.
El dolor es agudo; el sufrir es intenso,
se parte de dos la vida y es tristemente cierto
se sellaron los labios, y volaron los besos
nos gano la distancia, nos sepulto el silencio.
Continuemos la vida y paguemos el precio
de soberbia, y orgullo, de no estoy y no vengo;
cediendo cada día al agujero negro
que nos devora el alma, que nos declara muertos.