Aunque sea invierno escribiré versos de primavera para ti,
y sí no hay otoño, entonces inventaré una brisa de verano
que pueda acariciar tu dócil piel.
Y sí no hay un sol resplandeciente, será mi calidez quien
sosegará ese frío abrupto que calcina la penumbra de tu alma
fugaz e indeleble.
y sí esa afable luna de plata negase su luz boreal,
serán mis pupilas de miel quienes colmaran tu oscuridad
de mágica luz celestial.
Entonces seremos luz y fuego, mentira y deseo,
quizá también, oscuridad y destellos de pasión...
María Pureza García Moreno