Julieta Iallorenzi

LAS PENSIONES


Cuanta miseria que lleva a la muerte

En cámara lenta hay en las pensiones,

Se agotan las fuerzas,

Se extinguen las pasiones

Reina la ira sin justificaciones.

El polvo nos cubre

Hasta olvidar nuestros verdaderos rostros,

Detrás de este monstruo que finge ser refugio

Para escondernos del lobo en su propia cueva.

Hay un deterioro en nuestros corazones

Después de tanto tiempo

De habitar en pensiones.

Los días grises, agatizados

En este antro son repeticiones.

Pasan los ciclos, los sueños y los soles

Mientras algo escarba oculto

Entre los rincones,

Un antropomorfo insecto nos visitaba

Todas las noches la dicha succionaba

Para así levantar los muros

De lo que debería estar en ruinas

Para hacer más larga la pena

Y más corta la vida.

Ay que aire a vulgaridad hay en las pensiones

Se llenan las fosas de horribles olores

Y la audición percudida

De tantos gritos y calumnias

Dejándome aturdida

Que intentan tapar el suave poema

Que deseo recitar,

Es que me niego a mi alma dar

Para perdurar en este lugar

Mas estoy dividida:

Mi esperanza está allí afuera

Entregando amores,

Tan lejana de las pensiones

Y sus perdiciones.

Pero mis pies de ancla

Buscando anidar aunque aquí no pueda

Llamarse hogar

Y cuando el esquema se rompa

Los muros caigan de añejos

Me encontrarán entre los restos

De las pensiones

Y sus maldiciones.


JULIETA IALLORENZI

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