Has soplado el polvo del camino
y te crees que has borrado las huellas,
que nueve lustros de amor desaparecen
pasando el borrador por la pizarra.
Dices que prefieres la paz al amor,
el silencio al bramar de la tormenta,
pero no hay paz sin amor, sin él no hay nada,
sin amor la vida es un oscuro camposanto,
una noche sin luna y sin estrellas,
un océano sin olas y sin vida.
Dices que ya no me amas
como si el amor fuera un plato de la carta
para elegirlo muy hecho, al punto, o casi crudo
como si el metre estuviese a tu servicio.
Pero el amor es un pájaro de fuego
que a veces canta, vuela y otras veces clava
sus garras aceradas en el alma
y retuerce su pico furibundo
entre el pecho y la espalda-
No te engañes ni querras engañarme
me amarás aunque quieras no quererme
porque broto en tus ramas
porque la sabia que corre por tu tronco
espumea en mis venas,
porque llevas la marca de mis labios
tatuada en tu esencia,
porque nadie conoce tus secretos
ni el olor de tu tierra,
porque Dios nos unció en aquella ermita
para la vida eterna.