\"Esclavo de ti o dueño de nada.
Te dejas influir por la acción
que te atraviesa como un papel arrugado que perdió su virginal forma.
Deambulas como en una sala medio vacía,
siguiendo ciegamente el norte en cada balcón.
Muestras la flor tatuada, preguntando sin esperar respuestas incómodas.
Solo das para recibir.
Te crees muy afortunado
por poseer el único privilegio
que anticipa las desgracias que enturbia los pasos de la consciencia.
No das un segundo de tregua,
incansable, indomable, desbocado.
Te daría el mundo,
si adivinas mi último verso.\"
(miguel puigcorbé)