Siempre he querido ser mejor, mejor que cualquiera, diría que mis vivencias me llevaron a ello
A tal punto de inmortalizar mi existencia en un ser supremo, y aunque no lo sabia solo era cuestión de tiempo
para percatarme de mi gran error, y ese era, que siempre jugué a ser mi propio dios,
cuando solo soy un simple humano.
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Hoy, no diría que estoy al borde o en el fondo del abismo, para ser mas exactos
Me encuentro después de el, en un espacio sin sentido, sin rumbo, inóspito.
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Estraño todo lo que me hacia sentir vivo, estraño la felicidad del calor humano
pero sigo escapando de esta realidad en la cual soy débil y no quiero serlo.
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Estoy seguro de poder cambiarlo todo, quizás pueda intentarlo una vez mas
para inmortalizar mi alma en la eternidad.