Puta es la casualidad del ojo mío,
tu sexo a mi mueble más querido,
tu cuerpo al servicio de mi bandido
más déspota para tu ser más baldío.
Soy hombre para tu cuerpo frío
y no me importa tu triste aullido,
ni tampoco tu amor desconocido,
sólo deseo expulsar todo mi desafío.
Sólo eres una esclava de mi aparato,
la jugadora del sexo más astuta
que saca de mí lo más grato.
El juego más antiguo en esta disputa
del deporte más sucio y cegato:
el hombre peca y la mujer pierde su ruta.