No vive, si no es ella misma.
La vida no tiene misericordia.
En mi mente imaginstiva,
la pequeña rosa florecería,
pero un mundo lleno de inmundicia,
donde la gente no la mira, pero la pisa,
la más mínima fría brisa,
sin rastro de sus pétalos deja,
sin rastro de su pasajera vida.