Un libro olvidado aguarda mis penas
de aquellos años que no volverán,
son tristes renglones hechos ya esferas,
que al pasar los años también morirán.
Aquellos renglones hablan de tristeza,
de aquella escuela que me vio nacer,
la vida te entrega pasión y nobleza,
pero no te enseña, cómo no perder.
Aquel libro olvidado guarda mi recuerdo,
de una mañana que me vio partir,
lo cogí en mis brazos, por sí que lo pierdo,
pues tu irás conmigo hasta el morir.
Páginas arrolladas por la desavenencia,
cuyo autor nunca quiso, su brazo torcer,
hay cosas escritas bajo mi presencia,
¡ay! libro olvidado, ya vas a perecer.
Hoy poco a poco he podido desempolvarte,
y mirar en tu índice la desolación,
hoy he vuelto de nuevo a escudriñarte,
y guardarte por siempre en mi corazón.