Entre montaña, riachuelo,
un jardín de rosas, una casita de caña;
y un clavel estaba en el balcón,
como sonrió para mi,
por la pregunta que le hice,
sencillamente donde vive una familia,
que buscó, volvió sonreír;
que alegría la mía que no iba a caminar mucho,
porque era allí mismo donde era de llegar,
como disfrute de unos días,
de lo inspirado ¡ahí!
porque hasta el día de hoy,
lo estoy porque son sencillos y;
humilde como lo soy yo,
y el clavel del balcón que me sonrió,
ya está en mi corazón con versos de amor.