Antónimo de oscuridad perfecta
principio y fin de todos los colores,
resplandor enorme que a los amores
lleva presto al altar y los conecta.
Pálida y suave piel, eres la electa
níveo vestido lucen las flores
inmaculada buscan los pastores
la mejor oveja sea selecta.
Intacto manto de la hoja de bardo
sábana de montañas invernales
siempre color liso, nunca eres pardo.
Exquisitos atavíos textuales
se incrustan en la mente como cardo
escapando a las ideas sensuales.