Llegó el amor triunfante y refulgente
depuso tierno sus armas guerreras,
con ellas brindo palabras certeras
sellando firme su arribo creciente.
Pobló con dulce ternura el presente,
llegó con sueños de puras quimeras,
pintó a colores oscuras galeras
y dio vigor y esperanza ferviente.
Llenó de gozo y verbena gigante,
al alma noble que abrió complacida
sus puertas para acunarlo apremiante.
Mas nunca espero traición desmedida
borrando risas con dolo sangrante;
¡Leyenda de amor que muere rendida!