Permanece inmóvil, frío,
como si no le importara
la vida en su derredor,
está cubierto de plata,
su cuerpo está moldeado,
existe una vasta gama,
todo lo que ve, refleja,
esto no es adivinanza,
simplemente es al espejo,
al que este relato amarra.
Una imagen invertida,
en su cristal siempre plasma,
imposible de cambiar,
lo que en el momento avala.
Para los supersticiosos,
es una negra cascada,
de tormentosos instantes,
las que guardan estas cajas,
llenas de malos espíritus,
y para que nunca salgan,
se cubren con manto negro,
¡Nos protege de sus almas!
Por mal augurio se dice:
“Nunca se ponga la cama”,
en la oquedad del espejo,
los cristales son ventanas,
que esconden en sus adentros
todas las grises entrañas,
de aquellos que deambulan,
en sombras como fantasmas.
Estas son las tonterías,
que la inteligencia opacan,
pero son muchas personas,
sumidas en la ignorancia,
sus espejos forman parte,
de esas vidas cotidianas,
pero ante ellos se comportan,
con actitud timorata,
son raras supersticiones,
de una enferma, mente humana.