Atado a los pies lleva el Pierrot lunar
-melancólico arlequín de inversa sonrisa-
el cascabel y el pesar del mundo.
En el Cabaret Voltaire,
un trágico deseo para su lenta agonía,
la noche es luz de gas,
breve tormenta de violas y metales,
y el tiempo en un rincón de fatigada luz,
de huérfanos retales y de huecas arañas
se va haciendo música del eco de todos los silencios.
Un pétalo de lluvia carmesí brota del pecho sediento
y un sueño de tranvías llega hasta el mar pespunteando
la geometría de un azul hecho reliquia.
Un acorde se pierde hasta el amanecer
y su paso aproxima líquidos neones,
un invierno de piedras calientes
despierta bajo el argentado plumón.
Mudan su piel los cuerpos sembrando
de una resina amable su húmedo fulgor.
En mi habitación, la noche presentida
y el tumulto hecho metástasis.
Aún hay esqueletos bailando dentro del armario.
\"Pájaros de niebla\" (2018)