Nohelia Menjivar

Trifluoperazina

Sombras se manifiestan a mi alrededor. 

Aúllan los perros por los espíritus que andan rondando,

las cortinas suben y bajan al compás del viento, el frío se desliza por mi nuca, erizando los pequeños vellos de mis brazos,

en un calvario sin salida con voces aturdiendo mi cabeza. Sin poder gritar, sin nadie que me socorra.

Fantasmas carretean en mi habitación.

Un bello ser se para en una esquina apoyándose en la puerta,

quedo hipnotizada, perpleja.

Él saca de mi cajón unas pastillas de colores,

las pone en mi boca y comienza a besarme.

Sentí los nítidos trazos de su cuerpo, rasgando mis muñecas cuando quería acariciarlo.

Lleno de furia comenzó a tirar todo y a golpearme.

Fue en ese momento cuando logré tomar mi antipsicótico y todo el advenimiento iba desapareciendo...