Miro y miro sin descanso,
Desde lejana ventana,
Desde hora muy temprana,
Ese, tan bello, remanso;
Miro, miro y no me canso,
Con actitud casquivana,
A esa gentileza humana,
Llena de ese humor tan manso;
Es que dejarla, lo dudo,
Ella es razón de mi empeño;
Soy tenaz y conscienzudo,
Tengo febril desempeño,
Y haré lo que aquél no pudo
Ser, por amor, yo su dueño…