De vez en cuando
salen y entran nostalgias
en un inexistente cuerpo
recopilando abstracciones
de unas experiencias gratas.
El porvenir se fue
y el pasado volátil
cercenan mis presentes
convirtiéndolos en vacíos
con aromas que dicen muerte.
La noche canta
al amanecer que se acerca
y el murmullo de los astros
susurran a las sombras
unas tenues baladas
para que les dejen paso.
Hoy meramente
cerca del crepúsculo,
oigo acordes de piano
mientras hacen retirada
noches orgullosas.
Por esto,
debo coleccionar estas locuras
en biblioteca,
no sea,
empiecen a nacer besos en amaneceres
de vez en cuando.
Simón Abadía