Quien puede vencer la idea.
Quien puede rozar el tiempo.
Quien mirarse en el espejo,
sin ver lo malo y lo bueno.
Quien deambular en los sueños,
sin que se recree la vida.
Quien soñar que estás despierto,
sin despertar a la vida.
Entrégate sin reservas.
Que cada gota que cae,
agota la vida misma.
No te aferres al recuerdo,
porque la vida se enquista.
Abrázate a lo interior,
que en tu corazón habita.
Enamórate del pétalo,
de la rosa más sencilla.
Sur que señalas al Norte,
mientras el Norte te mira.
Pasado que te contempla.
Presente forjado en vida.
Futuro que ya es presente,
mientras la mente medita.
Gorriones que van pasando,
Y cada paso te anima.
Te anima a seguir bailando,
con la rima de la vida.
Gloriosos atardeceres,
que en la oscuridad terminan.
Bordando de plata y oro,
cada hoja de la encina.
Reflejando la belleza,
que entre sol y sombra anida.
Bañando de rojo púrpura,
los pétalos que dormitan.
Enseñando al soñador,
los colores de su rima.
Quien puede ganar al sueño.
Quien puede robar el beso,
de la prístina reliquia.
Quien puede en fin transformar,
la belleza en fantasía.
Quien mirando al interior,
no ve el anhelo al que aspira.
Pálpitos que se repiten,
con cada alma que respira.
La noche extiende su manto,
para que los sueños vivan.
A.L.
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