Francisco Moreno Fernández decía que “la lengua conforma el pensamiento y expresa perfectamente el espíritu nacional de un hombre, su ideología, su forma de ser y su visión del mundo”.
Y no puedo evitar coincidir rotundamente en esta acertada perspectiva que dispara el autor.
Mi lengua siempre expresa en mis escritos lo que mucho que has dejado en mis años,
en mis recuerdos
y sobre todo en mi vida.
En mis pensamientos
siempre te dibujas...
como el rocío matutino de invierno,
como el ocaso en primavera,
como un corazón que siempre espera.
En mis reflexiones siempre
te haces carne
y hueso de este cuerpo
que no hace más que añorarte.
Eres tierra, polvo y arena,
eres dueña de estos cielos,
Eres viajera de estas praderas
Eres jazmín de este jardín.
Y como si eso fuera poco,
tiñes mis sueños desde la ideología más pura y serena que puede hacer una morena…
tu amor cambia los corazones,
tu amor cambio los rincones,
y por eso creó...
Que tu amor cambiaría al mundo.