Cuidado con lo que deseas,
no vaya a hacerse realidad.
Teresa de Ávila
No doy crédito a tanta belleza.
Ya puede ser el mejor de los mármoles.
El más compacto y lechoso.
El más maleable a las manos.
El más amigable al arte de esculpir.
Ya puede su cantera ser vanagloria
de los tiempos, que todo no es suficiente...
Nada es bastante al más primoroso de los
creadores para tanta belleza.
Mi cincel ha discurrido como tocado por
los dioses, ¿O fue el deseo quién lo
gobernó hasta tan excelso puerto?
Cada contorno, cada rasgo supera al
que precede en perfección.
¡No puedo ser yo quien haya forjado
tamaño portento!
¡Yo, que solo soy un humilde mortal de
necesidad!
¿Quién ha timoneado mis manos hasta
los confines de Los Campos Elíseos?
¡Amor mío, blanca paloma del goce terrenal.
Poséeme sin consuelo, sin dejarte una gota
que llore su soledad!