Recostado sobre el respaldar de la cama
Pleno de fascinación y delirio
Vi tus prendas caer lentamente.
Libre de atavíos, en la pureza de tu cuerpo desnudo
Fuimos entrega y éxtasis
Inocencia y pudor rendidos ante el candor de tu tez y tu alma
Vuelvo a ti cada noche, para desatar el lazo de tus vestidos
Para guardar entre tus brazos de abrigo
El recuerdo de quien, de cuando y como lo hicimos