TRINIDAD PINAZO

A SECAS

 

Dentro de un rato te habrás despertado.
Vendrá a contarte el sol que sigues luchando,
que ahora
renace
de sombras de ayeres.

Y podré adivinarte, leyendo,
habitando este pensamiento.

Cuando se acabe el día,
debería
empezar a restar horas
para dejar de esperar:

Desentrañar recuerdos,
desenvolver futuros;
no imaginar encuentros,
ni encontrar.

Y tener la certeza de que,
al cabo de nubes y años por llegar,
no habrá habido otro premio
que vivir buscando.

O que vivir a secas.
Sin buscar.