ESTACIONES II
Así la vida o el destino estaba marcado
La ilusión de tenerte era una quimera,
Fue algo hermoso, como la primavera
Que se convirtió en el amor soñado.
Nada quedó de aquello, todo fue en vano,
Soñar ahora en nuestras vidas permanece,
Al marchar el invierno, todo reverdece,
Menos el amor, que murió temprano.
Y mi mundo de otoño, a los grises regresó
Y desde mi balcón, oteo la lejanía
Por donde partiste, al dejar de ser mía
Porque tu sentimiento, para siempre cambió.