En un principio..., fue el inicio..., de las sombras las cosas se recrearon a sí mismas. La confusión no reparó en repeticiones..., hasta que se hizo la luz...
Se me ocurre un génesis distinto, humano.., mientras me dejo llevar por las letras que fluyen en este fondo blanco, que limita con mi propia vida.
Dos lágrimas sin dueño
Estas letras, no son mías
solo las observo desde la rivera pasar
como las aguas de un río
que llega desde la montaña.
En su rumoroso paso
deja sin dueños sus aguas
no es de la orilla
tampoco lo es de la montaña
que dejó atrás
ni del cielo
que abandonó en la tormenta.
El agua que pasa rápido
tampoco es de uno, que la ha visto pasar.
Lo único que sé, es que llevaba
dos lágrimas emocionadas
que abandonaron los ojos
de una mujer enamorada.
Por eso estoy en este lugar
viendo pasar el río
con esas lágrimas
que no supe amar.
Estas letras no me pertenecen
solo las observo al pasar.