Joseponce1978

Versos que arañan la pizarra

Buda nunca se va

porque cada vez

que intenta irse

 solo da pasos en falso

en suelos plagados

de escarabajos

y sabe que a cada pisada

estos crujirán bajo su peso,

 y al igual que le sucedería

a una pizza pepperoni

al estamparse bajo

el influjo de la ley de murphy

con el queso besando el suelo,

al levantar el pie,

sus suelas quedarían

pegajosas a causa

de las pastosas tripas.

Para quien intente

buscar las cosquillas

a Buda, debería saber

que Buda solo se enerva

cuando alguien mete

sus huesudos dedos

por entre sus fosilizadas

costillas para hurgar

en su encostrado corazón.

En ese caso,

Buda busca la pizarra

donde tiene anotadas

sus cuentas pendientes

y comienza a arañarla

con uñas y dientes

hasta que tanto

las unas como los otros

quedan astillados

de manera que los decibelios

de los chirridos

sean tan elevados

como para hacer

sentir dentera

a las dentaduras postizas.

Buda no pone la otra mejilla

cuando le tocan la fibra,

pero cuando ve a alguien

enroscándose

en su propio menosprecio,

no puede por menos

que compadecerse.

Buda nunca se va,

aquí o allá siempre está,

algunas veces hace ruido

para ponerle el cascabel

al gato o a la gata

y otras veces acostumbra

a guardar silencio,

lo que no significa

que Buda se haya esfumado,

porque Buda siempre está.