LA ROSA Y EL CLAVEL...
En el jardín de mi casa
una noche presencié,
como una rosa en voz baja
le decía así a un clavel...
Quisiera mi dulce amado
llegar hasta donde estás,
pues de ti me he enamorado
y no te puedo alcanzar...
Desearía que me arranque
el viento y me haga volar,
arrojándome a tus brazos...
No hay nada que importe mas !
Ya no deseo esta vida
si no te puedo tener,
te juro yo la daría
por un instante poder...
Con mis pétalos rozarte
y tu aroma disfrutar,
y con mi alma besarte
y mi amor poderte dar !
Ambas flores se estiraban
arqueando las dos sus tallos,
y el clavel le contestaba...
Yo también a ti te amo !
Pero nos han colocado
en extremos diferentes,
la tierra nos ha atrapado
y es imposible tenerte...
Y sentir la lluvia, el viento,
como los rayos del sol,
unidos por un momento,
cobijándonos los dos !
Sus palabras desgarraban
a mi pobre corazón,
y mas al ver que lloraban
con un profundo dolor...
Me alejé muy sutilmente,
casi no pude dormir,
y a la mañana siguiente,
como siempre, fui al jardín.
Allí estaban cada uno,
en silencio, sin hablar,
y con mucho disimulo
dije en alto... hay que cambiar!
Este clavel que aquí estorba,
hoy lo voy a trasplantar,
lo pondré junto a la rosa
y el gladiolo en su lugar.
Yo no puedo describirles
con palabras tal placer,
pero sí puedo decirles
que hoy la rosa y el clavel...
Cuando los cubre la noche
y nadie los puede ver,
de mi jardín son el broche
mas preciado a mi entender !
Luis A. Prieto
20 de mayo de 2006