Ahora en la plaza de mis juegos, ya no gritan los chiquillos , solo arrullan las palomas , se talaron las acacias y cuelgan brillantes en su lugar las granadas. . ....
. Mi memoria con esta paz no se siente traicionada , hay algunos marginados asiduos sentados en un banco de la plaza, para que no falte de nada. .. . . ......... El convento con su silencio guarda su artístico tesoro , celosamente musitando plegarias.