Detesto cuando callas
Cuando arruinas el silencio
Cuando el tiempo marca huellas
Cuando tus huellas quedan en el colchón por el resto del tiempo
Detesto cuando tratas
Y todo acaba en las ruinas del silencio
Detesto cuando me amas
Pero detesto más cuando no estas, y me duele más tu ausencia que el dolor
Repudio que te quedes, que te vayas
Detesto el vino, pero quiero que vengas
Y me brillas, par de soles, mejillas sonrosadas
Amapola del desierto, aliento que transforma cualquier cosa en nada
El destino es necio, y lo detesto
Sólo es misericordia para el hecho de que nunca estaremos juntos
Cuando no estas, cualquier cosa es nada
Detesto el vino, y quiero que te vayas.