Y se detuvo el agua que fluía en mi con tu presencia,
Me Hidrate de ti, como nunca antes lo hice de nadie,
Provocaste agua como de una fuente, que me vivió intensamente.
Me humedeciste por primera vez, y me llevaste al clímax de tanto placer,
Transpire de nervios al verte, y maldije el control que ose darte sobre mi,
Me preguntaron por ti, y llore inconsolablemente.
El agua seguía fluyendo de una forma o de otra,
a raudales o gotas
estaba presente.
Pero se fue agotando de a poco,
Se fue secando de espacio...
Desapareció la humedad que provocaba pensarte,
Hasta las lágrimas por recordarte,
Y parecía que todo
había terminado,
entonces...
Enmudeció la fuente,
Y quizás lo haga para siempre.