ORLANDO LARA

Llueve

Llueve, y la tarde se vuelve serena

Llueve y las gotas embriagan con su frescura los campos

Renovando los ríos calmos

Que avivan los hermosos llanos

 

Llueve y la noche se vuelve tranquila

Escuchando grillos inquietos

Que tocan hermosas melodías

 

Llueve y al son de las gotas que vibran

Se inquietan las almas dormidas

En esta noche sublime

Que antecede a un nuevo día.

 

Con el amanecer vienen nuevos colores

Que con la lluvia se avivan

Dando esperanza y alegría

Para renacer al nuevo día