minsandi

Historia de una luna que huye

Herida está la luna, huyendo,

para quedar colgada en una taza,

 

lejos de las montañas y las nubes

mas cerca de los sueños ilustres,

 

habitantes de exóticos mundos

escondidos en extraños universos.

 

Ella, ágil y ligera, surca voladora

al bosque que en su luz se dora.

 

Su destino ha desaparecido

tras el agua del escurridizo

 

lago que se bebe, quieto,

el aroma de su celestial soneto.

 

Por eso, ella huye, presurosa,

del poeta que persigue su estela

 

en busca del verso que avive

la inspiración que él percibe.

 

Al final, la luna cae rendida

ante el canto vigoroso que la llama

 

para entregar su claro soneto

y hacer del poeta… un pozo quieto.