Desde que te fuiste me faltan versos
y me sobran besos,
me da más frío en la madrugada
aunque cierre la ventana.
Desde que te fuiste me salieron canas,
me duele la espalda y tengo arrugas,
no en la cara; en el corazón
y se siente horrible envejecer,
ver cómo poco a poco éste deja de creer
lo que tu presencia prometió
aún sin prometer nada
y mi esperanza se desgasta
porqué no sabe qué pasó
ni porqué tu cuerpo se alejó.
Desde que te fuiste sembré más rosas
para llenar el vacío que hay en la casa,
compré más libros que no voy a leer
por temor a que vayas a aparecer
y vuelva incondicional a ti
para que después te vuelvas a ir.
Desde que te fuiste me da miedo la cama
y me duele el roce de la sábana,
no me gusta el té o el vino,
tomo cerveza y fumo más de un cigarrillo.
Me duele la cabeza de tanto pensarte,
tengo secos los labios de no besarte,
la boca seca de pronunciar tu nombre,
las manos cortadas por no tocarte,
los ojos rojos por tanto llorarte.