Ella no es de nadie, tiene los ojos verdes, los labios rosados y el cabello blanco, es cuando quiere mi pequeño arcoiris.
Ella no sabe qué es primero: si querer o amar, me cuenta los días con sus pequeños deditos, siente en mi, cosas que la verdad, no sé si tengo.
Ella sí que sabe hacerme feliz, me ha callado mil veces con sus besos, es una niña que comprende el valor de no decir nada, incluso cuando decir algo, por más estúpido que sea, pueda parecer mejor.
Ella se dio cuenta que la quería, tomó su muñeca y salió corriendo, al regresar a casa se había raspado las piernas, me dijo que debía tener cuidado, al caminar cuando creciera.
Ella me dió un nombre, un papel y algo para escribir, me enseñó a decir todo lo que siento, sin temor y sin rencor por el pasado, no le bastó hasta que le escribí algo, así diciendo cuánto la quería.
Ella no es ni será de nadie, es tan libre que ni es de ella misma, teme día a día no poder ser de verdad, reducirse así a lo poco que otro quiera.
Ella es tan inmensa que me cuesta describirla cuando quiero, son demasiadas palabras en una persona, cada parte de si, es un trozo universal de literatura, no entiendo por qué me ha llegado a amar tanto, si siendo sinceros, soy todo lo contrario de lo que deseaba.