Por tus ojos cruzan
todos los amaneceres,
todas las verdades
con sus collares de voces
recién nacidas a la bondad,
toda la cordura
que atraviesa la mañana
de sur a norte,
toda la esperanza
que se encuentra
donde comienza el horizonte,
desde donde parten
las olas ligeras,
en su ruta imparable
hacia la arena,
donde dejamos
retratos ardientes
de nuestros pasos,
en el lugar,
donde cada alborada
con su paleta de colores,
nos reconoce
y nos pinta luces
en el rostro,
prisioneros y felices
de las sanas intensiones,
del fervor inagotado
que grita en los corazones.
Eduardo A. Bello Martínez Copyright 2016