Amaban extasiarse el uno del otro, provocándose mas allá de la imaginación a besos como incendios.
Almas que solo podían quemar cada hectárea de placer avivando el fuego, arrasando sin tregua sus ansias.
Amaban sucumbir a sus encantos desmoronando de amor sus sueños. Sabían que sin sexo no había orgasmos, pero sin amor no había vida.
Amaban amarse entre sabanas, entre miradas, y entre sonrisas, pero siempre se amaban entre eternidades, aquellas que solo dos almas gemelas coinciden rara vez en la vida.
Amaban las pequeñas cosas que juntos las hacían grandes, derretir el frío y convertirlo en calor, hacer de la ausencia la presencia, de la adversidad la felicidad.
Amaban amarse a la antigua, donde un ramo de flores era la manera de darle like a las mariposas que sentían. La manera de decirse los buenos días o buenas noches sin tener en enviar un whatts app o emoticono de turno.
Amaban amarse sabiendo que existen dos tipos de personas, las que oyen y las que escuchan, las que entienden y las que comprenden, las que dicen te quiero o las que dicen te amo.
Y ellos lo tenían claro:
Amaban lo posible y lo imposible, donde el placer físico y la fuerza emocional se fusionaban en un solo sentimiento, pero sobre todo amaban lo que era mejor para ambos...
La felicidad del otro aun no estuviesen juntos...
Jordi Etresi