Azucena Ibatá Bermudez

Estoy loca

Que tus gruesos labios vibren al compás de mis lamentos.

Estoy loca...
De tus caricias intensas
que día a día tiñen mi piel.
¡Y azotas mis suaves colinas, mi Rey!
Golpealas con tu firme cetro hasta que se tornen de color encarnado. Impón tu ley y reclama ese territorio.

Mi sangre corre sin freno
cuando azotas mis nalgas,
y tus dedos se impregnan
ante la espuma de mis olas salvajes.

¡Ay, estoy loca para suplicarte
que escales mis pechos
con tus fuertes manos,
y desboques tu furia dentro de mi cueva!

Estoy loca por ser usada,
porque mi mente te pertenece,
en totalidad.

Estoy loca por tener
esos orgasmos sin que me toques.

Esta divina locura
que me hace entregarme,
servir y complacer
cada uno de tus deseos.

¡Ay, mi divina locura
de está, tu musa
traviesa, juguetona,
provocadora!

¡Divina locura!
¡Que me hace estar más
cuerda que nunca!

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