No te dije nada por qué
Estaba cortado,
Tu preciosa mirada
Me dejo alelado.
Tu voz y tu acento,
Me encantaron,
En aquel momento,
Me encandilaron.
Tu voz agradable
Y amena,
Tú larga melena,
Y piel morena,
Tu disposición
Serena,
Preciosa sirena;
No me dejan
Dormir sin pena,
Dejarte con desánimo
Es una condena;
Ahora solo te deseo
La felicidad plena.