Cuando te acercas con sigilo
se derriten los polos
de naranja, fresa y limón,
se eriza aquello de la piel
que es bello, -con falta de ortografía-,
se inundan los ojos de una hermosura
aliada de tu belleza,
se incendian las yemas de mis dedos
cuando te rozo insuflo fuego,
se originan tornados en mi cuerpo
que arrastran mis angustias y desvelos.
En invierno, secas las lágrimas
cuando no estás aquí, yo sufriendo.
En verano se inunda el corazón de pasión
al deslizarte hacia mí en silencio.
El cambio climático
no es ningún invento
ni moda pasajera;
es provocado por ti,
como un huracán,
cuando ruge el viento.