Los ojos enrojecidos
y las miradas serenas
tienen la madre y el hijo
como si algo les doliera.
Se abrazan tan fuertemente
que despedirse no quisieran,
nada les importa la gente,
ni que llorando los vieran.
Una breve despedida
hará muy larga la espera,
ella llora conmovida
y el niño se desespera.
Los ojos enrojecidos
y las miradas serenas,
tienen la madre y el hijo,
el primer día de la escuela.