Sombrío lápiz de labios, morado,
y un cigarrillo encendido en la boca
que emana gris la humareda que evoca,
el sueño que huye cansino y pausado.
Mientras sostiene su bolso confiado
la luz refleja, la sombra lo toca;
en la avenida un naranjo provoca
al caer rompe su fruto amargado.
Y juega inmerso en el borde inhumano.
un auto para; la dicha lo atrapa
una sonrisa muy dulce y culpable.
Le hace notar que precisa en su mano.
- \"Joder\", se enoja y gritando se escapa
el cliente marcha y su burla le añade.
La horrible mueca de burda ficción
en un dolor repentino confluye
que impregna el cuerpo y de pronto destruye
mientras el auto se fue de la acción.
El desatino inocula traición
tiene la misma visión que destruye,
que el baladí gigoló constituye
y al transexual que desea la acción.
De la carroña podrida y codicia
la soledad que ligera concluye,
adonde está la verdad y malicia.
La prostituta beoda le arguye
al gigoló la furiosa avaricia;
luciferina maldad los incluye.
Claudio Batisti