Jamas desaparece un beso, si ha sabido imprimirse sus huellas en la biblioteca de tu recuerdo.
Quizás lo encuentres en un abecedario de besos, o en un diccionario de caricias que solo la tinta del corazón sabe del verbo amar.
Los míos volaron al no tenerte cerca y tener tu aliento a escasos centímetros de mis labios, esperando a que fueras tu quien diera los últimos pasos. Finalmente el silencio dijo si.
Aun siento nostalgia de los besos perdidos que un día fueron tan nuestros, cicatrices del pasado de un pez agonizando fuera del agua, un destino de cremalleras cerradas.
Pero cuando te escribo un beso mi boca se vuelve poesía, por eso no cederé al vértigo que siento cada vez que humedeces tu labio inferior mientras hablamos.
Quiero tocarlo, ser yo quién lo humedezca… Quiero morderlo mientras reímos…Quiero que esos labios dejen de ser tuyos y comiencen a ser míos.
Quiero ser tu erupción volcánica, desatar las fuerzas de la naturaleza candentes de calor y fuego, la ladera por escribir en nuestros cuerpos en llamas...Un fuego revivido de unas cenizas extinguidas.
Me siento deseoso de tenerte,de poseerte hasta cansarme...De extasiarte insaciablemente, a través de tu ropa bordada de encaje...De fundir tu sangre con mi sangre, tu boca entre mi boca, tu sexo con el mío.
Solo así quizás pueda oírte decir:
Habítame, penétrame, dame lo que sabes, y podré hacerte lo que piensas...Hazme tuya que hoy....
Tengo un fulgor intenso de antojos de besos perdidos por regalarte....
Jordi Etresi