Siempre estarás conmigo en el recuerdo
y te veré tomando aquel café, de cada tarde,
en el bar de la plaza
y en la mesa que ahora
aparece vacía.
Siempre guardaré los largos ratos compartidos,
aunque algunos duelan
y otros sean más hermosos,
ya que fueron vividos intensamente
en un tiempo del pasado
y que nunca volverá.
Pero estoy seguro de que siempre
seguirá llegando, hasta mi lado,
la brisa del nordeste
y su caricia embriagará mi cara
dejándome el recuerdo de que un día
también te besó y acarició.
Por eso siempre seguirás conmigo,
aunque sea en el recuerdo.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/18